El calor y el CNG

Hoy he vuelto a la Universidad. He llegado un poco antes de la hora y he entrado al despacho a encenderme el ventilador y el aire acondicionado, ya que hoy, además del altísimo grado de humedad que están produciendo las últimas lluvias, hacía sol, con lo que el calor era sofocante.

Hoy sí que me he llevado la cámara, por si podía hacer alguna foto, y así ha sido. Este, por ejemplo, es el pasillo de la Universidad donde se encuentra mi despacho.

Al poco tiempo, ha venido Rafique, y hemos estado hablando un poco sobre los libros que íbamos a dar a los alumnos (el AULA Internacional y el Uso, ambos en los 3 niveles), y después me ha preguntado si me apetecía ir a ver una editorial de bajo coste que está en la Biblioteca Central de la Universidad. Le he dicho que sí, y siempre me dejo el bolso en el despacho pero hoy lo he cogido por si podía sacar alguna fotogafía interesante.

Y la primera foto que he hecho ha sido ésta de un vendedor artesanal que parece que haga una especie de bollitos, con sus propias manos y seguramente con un poco de agua y su vasito azul. Además, al final de la imagen podeis ver que había otro vendedor de carteras y monederos.

Y a pocos metros de allí, un chico vendía unos libros, aprovechando el zig-zag de la verja de la Universidad.

Y de nuevo, el caos, el ruido, la vorágine del mounstruo que nunca duerme y del que todos formamos parte. La ciudad.

Y, como éstos últimos días ha llovido bastante, los rickshawalas han aprovechado cualquier charco para limpiar sus rickshaws. Cualquier punto de agua es vital para esta gente de Dhaka, pero como también dicen, se necesita que llueva porque es mejor para la economía, pero no de esta forma, porque tal y como lo está haciendo, está originando más problemas que otras cosas.

Y bueno, cuando hemos llegado a la editorial resulta que estaban montando todavía los libros y los mostradores, con lo que Rafique me ha dicho que nos íbamos a comer. Pero recuerdo que entre los libros que habían expuestos ya, me he encontrado con una versión en bengalí de Las Flores del Mal de Baudelaire. Así que, algún día le pediré a Rafique que me vuelva a llevar a ver si puedo encontrar algún libro "extraño".

Hemos salido de la Biblioteca y hemos ido en Rickshaw al comedor de los profesores, y me he dado cuenta de que justo delante de la entrada, está la piscina cubierta de la Universidad, con lo que la semana que viene me acercaré a ver qué necesito para hacerme socio y poder hacer uso e ella. Hemos comido el arroz con pollo y después he cogido un CNG para volverme a casa y he podido hacer alguna foto más, ya que poco a poco voy perdiendo el miedo a sacar la cámara, además hoy me he llevado el objetivo de 300 mm., con lo que esconderla era más difícil. Pero bueno, sé que si quiero tener recuerdos de mi experiencia en Bangladesh, he de sacarla de vez en cuando, porque, al fin y al cabo, es mi memoria, es la cómplice que tengo para dejar grabados estos recuerdos, que una vez pasan ya no vuelven, como el instante que congela la cámara.

La primera fotografía la podemos llamar "El retrovisor", ya que es un primer plano del espejo que lleva el CNG en el interior. En una entrada anterior os comenté que los CNGs no llevaban retrovisores, pues estaba equivocado, sí que llevan y están en el interior del vehículo, supongo que es por que si los llevaran en el exterior, seguramente los perderían a la mínima de cambio, ya que a veces entre el CNG y el coche o autobús que pasa por al lado apenas cabe un dedo. Aquí tenéis la foto, con el retrovisor en foco y el trajín de la ciudad detrás, fuera de foco, en una combinación entre el interior del CNG, que evoca la seguridad y la tranquilidad, y el exterior del vehículo, donde se aloja el ruido, las motos, la amenaza de la lluvia y los timbres de los Rickshaws.

La siguiente foto me encanta. Iba a hacerla a este rickshawala y entonces se ha percatado, y con las manos ha pedido a sus compañeros que se pararan porque quería salir bien, pero al mismo tiempo, con su mano derecha está haciendo un gesto cercano al saludo. Cuando he disparado, le he hecho un gesto con la mano confirmándole que estaba Ok, y él me ha respondido con el mismo gesto y una sonrisa amigable que todavía no había visto aquí. Y de repente, entre él y yo ha continuado el movimiento incesante de rickshaws y personas y ya he perdido de vista a mi "nuevo amigo". Así de fría y de deshumanizada es esta ciudad. Todos formamos parte de ella, pero está tan densamente poblada, que todos somos anónimos en ella.

El CNG ha continuado la marcha y en el siguiente semáforo he podido fotografiar un autobús con tanta cantidad de gente dentro que bien podría ser una metáfora de Dhaka, una de las ciudades más densamente pobladas del mundo. Y nos os quiero ni proponer que imaginéis el calor que debe hacer en el interior de estos autobuses.

Y por último, aquí os dejo tres fotografías más representativas de este país. ´

El número de teléfono del servico de CNGs, con los colores de nuestra bandera y una ventana típica de uno de estos taxis:

Y el borde verde de estos vehículos kamikazes

Con el fondo de cables enrrollados y que permiten comunicarnos a todos los habitantes de esta ciudad y de éste país:

¿Qué os ha parecido la entrada de hoy? ¿Subiríais a un CNG? ¿Y a un rickshaw? ¿Y a un autobús?

Espero vuestros comentarios que tanto me gustan.