martes, 21 de julio de 2009

Plano de Dhaka

Hoy me ha invitado a comer el embajador español en Dhaka. Ha sido un recibimiento maravilloso, y me he sentido como en casa. Hemos estado hablando de cosas del país (como lo de las obras que ya os comenté en entradas anteriores), de la vida aquí (un extranjero debe formar parte de algún club para poder optar a ciertas cosas; yo cuando me cambie a la casa donde me voy a quedar voy a apuntarme al Club Británico, que está justo al lado), del tema del dinero (aquí se negocia absolutamente todo, en las tiendas el precio lo pones tú, y me han recomendado que haga caso de los carteles que se cuelgan en los cubles, en los que la gente vende cosas como muebles, neveras, etc..., porque son más de fiar que las tiendas) o del tema de la burocracia y/o la corrupción que hay aquí (aquí se pagan impuestos inexistentes pero que hay que pagarlos por si quieres que algo te pase la aduana; hasta hubo una vez que por una máquina de construcción que era una donación o medicamentos que forman parte de algún paquete de Cooperación al desarrollo también tuvieron que pagar por dejar entrarlos).


Después he venido a casa a por el pasaporte porque lo necesitaba para que en la Embajada me empezaran a tramitar lo del visado, aunque me han dicho que eso debe hacérmelo la misma Universidad. Allí me han comentado también que el español está muy solicitado aquí y que en las clases me van a llover ofertas de clases particulares y ya parece que voy a empezar también en un liceo francés en el que necesitan a un profesor de español. O sea que espero que poco a poco me vaya poniendo las pilas y me vayan saliendo cosas para poder estar ocupado los días que no dé clases en la Universidad.


Y lo último que he hecho hoy, ha sido comprarme un mapa de Dhaka. Lo he tenido que extender sobre la cama para poder verlo bien, y aquí lo tenéis:





Dhaka es inmensa. Un monstruo donde todos formamos parte, y que se consume poco a poco por la contaminación, el ruido y el olor que el agua te deja en las manos o en la piel, la gente caminando por todas partes, y todas sus soledades compartidas, porque una de las cosas que me dicen cuando me miran es que están terriblemente solos, en una ciudad que no lesdeja nada más que la alegríade relacionarse con los extranjeros que venimos de fuera, y parecemos como el único contacto que ellos tienen con la urgencia de vivir en una realidad que no es la suya.

2 comentarios:

Pataca dijo...

!!!!!En casa del embajador y todo, que nivel!!! jajaja. Me alegro mucho de que vayas haciendo piña con los españolitos que hay allí y que te den esos consejos tan buenos.

Lo del Liceo es una novedad!!!!, que guay!!!!, poquito a poco vas a ir haciendo más cositas y no te va a dar tiempo de aburrirte.

Sigue disfrutando!!!.

Besinessss, te queremossss.

Francisco dijo...

Ya ves, codeandome ya con las altas esferas, jejejje Y si, la verdad es que todos los consejos son buenos, jejeje... Si, lo del liceo es nuevo de hoy, a ver que me dicen.

OS ECHO DE MENOS MUCHÍSIMO.

Besetes