miércoles, 22 de julio de 2009

Ándale, ándale... que hoy he subido en Rickshaw

Hola de nuevo a tod@s!!


Hoy he vuelto a ir a la Universidad, y he llegado 10 minutos antes de lo previsto, y eso que había un tráfico de 1000 demonios. He esperado a que llegara Rafique y cuando lo ha hecho (con un sombrero mexicano que le ha regalado un amigo que tiene en Tijuana) le he pedido que me volviera a explicar lo que tenía que hacer en la primera y en la segunda clase, ya que antes de ayer me lo había explicado pero no me lo había anotado en la Moleskine y me hice un pequeño lío. Así que me lo ha dicho nuevamente, mientras yo anotaba.


Después le he pedido que me escaneara una fotocopia del pasaporte y de la hoja donde viene el cuño de entrada en el aeropuerto y los dos billetes de embarque, ya que necesito enviarlos a la AECID para poder cobrar la beca, como una manera de asegurarles de que ya estoy aquí y que me he incorporado a la Universidad. Aparte de estos documentos necesito una carta del director confirmándome que ya estoy aquí, y que todavía no me han entregado. Rafique ha ido al despacho del director y ha vuelto porque parece que estaba reunido con los miembros de alguna embajada.


Nos hemos puesto a hablar sobre Literatura Latinoamericana, de la que Rafique es un enamorado, y hemos comentado cosas sobre Borges, Vargas Llosa, Juan Rulfo o Monterroso, sobre el que Rafique hizo un trabajo de investigación y alguna charla en algún congreso. Al poco tiempo ha venido Helal y ha visto sobre la mesa de Rafique el sombrero mexicano y se lo ha probado, con lo que yo le he dicho que se merecía una foto:






Espectacular imagen de un bangla-mexicano-cubano. Y entonces le he pedido a Rafique que se pusiera con él:


Ahora ya conocéis a mis compañeros de despacho. Han venido entonces dos alumnos que querían preguntar a Rafique si podían cambiarse de grupo, y he aprendido que a los alumnos hay que tratarlos de manera seria, imponiéndoles respeto, incluso ha habido un momento en el que los alumnos se han acercado demasiado a él y les ha pedido que tiraran hacia atrás un metro, y ellos se han retrasado esa distancia.

Después hemos ido los tres hacia el edificio que alberga la sección administrativa de la Universidad, a ver si podían darnos la llave del piso que me prestan. La verdad es que el campus es inmenso y tiene una zona ajardinada que será como tres veces la que tiene la Universidad Politécnica de Valencia, con alumnos, rickshaws y demás vehículos de todo tipo. Es un edificio muy antiguo, al que le falta alguna ventana, pero muy bien estructurado, y con cortinas en las puertas de los distintos despachos, y con gente de todas las clases por todas partes, que me miraban detenidamente, como si necesitaran ver de vez en cuando a algún extranjero. Hemos entrado en un despacho en el que hacía un calor terrible, aunque estuvieran puestos dos ventiladores, y un funcionario nos ha pedido que nos sentáramos que iba a otro sitio a por la llave. Después hemos salido de allí y nos hemos acercado a la residencia donde se alojan los profesores, hemos entrado en el edificio y hemos subido a la segunda planta, mientras Rafique ya me avisaba que estaba muy sucio por haber estado un año abandonado. El funcionaro ha abierto el candado que cierra las dos puertas del apartamento. Y me han pedido que pasara. Aunque el piso está muy sucio, es muy grande, y muy tranquilo. Había cosas de los anteriores lectores por todas partes y por los demás está habitable, una vez lo limpien, aunque el pasillo que reparte todas las habitaciones da a un patio interior y está sin ventanas, con lo que más adelante voy a tener que tener cuidado con los mosquitos. La verdad es que aunque el piso es muy viejo, me ha dado buena impresión y espero poder usarlo pronto para ir allí a estudiar o a prepararme las clases, aunque igual necesito comprarme algún mueble. Cuando ya tenga la llave, haré fotos y os las pondré aquí.

Después hemos bajado de nuevo a la calle y en la puerta que da acceso a la zona residencial de los profesores Helal se ha despedido de nosotros, y Rafique le ha pedido a un rickshaw que se esperara un momento, mientras nos despedíamos. Helal se ha ido y Rafique me ha señalado el edificio que había enfrente nuestro, al otro lado de la avenida. Me ha dicho que era el Instituto Británico (o sea, el British Council, sí, el mismo que hay en Valencia). Me ha preguntado si quería verlo o si prefería comer. Como ya era un poco tarde y ya el estómago me cantaba alguna sevillana, le he dicho que optaba por la segunda opción. Y ha comenzado entonces una de las mejores experiencias de mi vida: HE SUBIDO POR PRIMERA VEZ EN UN RICKSHAW.

Dicen que para todo hay siempre una primera vez en la vida. Es como perder la virginidad. La verdad es que está un poco alto, y cuesta un poco subir, pero una vez arriba se ve todo de otra forma. Da un poco de miedo porque apenas tienes un lugar donde agarrarte. El conductor, cuando ya estábamos los dos arriba, ha empezado a mover el vehículo a mano, para darle impulso y para que no le costara mucho iniciar la marcha, cuando ya íbamos en movimiento, ha puesto un pie en el pedal y ha pasado la otra pierna por encima de la bicicleta, empezando a pedalear, todo el rato de pie, como es costumbre en ellos, aunque de vez en cuando necesitaba sentarse porque se cansaba. Con el calor que hacía hoy le he compadecido por el esfuerzo que estaba haciendo, sólo por 10 takas. Sí, ha sido un paseo hasta el edificio donde está el restaurante de los profes que ha durado entre 5 y 10 minutos y no nos ha costado más de 10 céntimos de euro. La verdad es que el rickshaw me parece uno de los medios más explotadores que hay, pero bueno, quieras que no, con ese viaje hemos podido contribuir en una parte, ínfima, de la alimentación de un anciano que no tendrá otra cosa más que su rickshaw.

Hemos comido y hablado sobre el piso de la Universidad, y cómo lo usaron los anteriores lectores, y hemos vuelto andando al despacho. Yo le he dicho a Rafique que me encanta andar a todas partes, porque ves todo mejor, haces ejercicio y además, para mí caminar es como recordar un trayecto, un paseo, y es que recuerdo mucho mejor los lugares si los atravieso caminando, como si parte de mi memoria estuviera en mis pies. Y Rafique me ha contado que cuando visitó Córdoba había días que se levantaba a las 5 de la mañana y salía a pasear con las primeras luces del alba y que nunca olvidará el sonido de agua de las fuentes de aquellas estrechas calles de la judería y del barrio antiguo.

El día de hoy quedará grabado en mi memoria con la miel suave que supone todas las primeras veces que se cumplen en esta vida. Pero es que en dos o tres días voy a cumplir otras primeras veces: mañana será la primera vez que me atreva a bajar a pasear a la calle a ver Gulshan 2, una especie de rotonda donde hay un montón de tiendas (iré con mi cámara y ya os pondré alguna fotito), pasado mañana será la primera vez que entre a vivir en la casa donde vivía el anterior lector (también os pondré fotos) y el sábado tendré que coger por primera vez un CNG, esos taxis de color verde para ir a la Universidad. Ya os mantendré informados.

Un abrazo y gracias por seguirme desde tan lejos.

3 comentarios:

Pat dijo...

Me ha encantado el post de hoy teteeee!!!!!, lo del bangla-mexicano-cubano es totaaaaal jajajaja, y parece mexicano de Tijuana y todo eh jajajaj.

Me alegro mucho de que hayas podido ver el piso de la uni y que esté utilizable, asi si algun dia tienes que hacer tiempo en la universidad o quieres quedarte ahi más cerquita puedes sin problemas.

Lo del RICKSAW, otra experiencia nueva!!!, pero falta la fotito de rigor hombreeee jajajaja.

Bueno tete, por lo demás decirte que Papu ya se pasea por el comedor a sus anchas aunque algo miedosin todavía, el que sigue escondidito es Copito pero todo llegará, sigue disfrutando a topeeee!!!!!!!. Por aquí por la oficina todos me preguntan por ti!!!

Besotes y abrazoooos.

Francisco dijo...

Hola Pat. Te voy a llamar la visitdora de mi blog, jejeje... Ya, la verdad es que el piso de la Universidad está mejor de lo que esperaba.

La foto de rickshaw no la he hecho porque no tenía la cámara encima, pero bueno, como siempre, nunca sabes cuando te van a pasar las cosas, así es la vida, que hay cosas que no se repiten, y esa ha sido una de ellas. Ahora ya sé que siempre debo llevar la cámara conmigo.

Muchas gracias por informarme sobre los gatos.

Un besito y un abrazo a todos los de la oficina de mi parte.

Anónimo dijo...

Bueno por fin puedo escirbirte algun comentario, me he leido todas tu notas y he visto tus fotos, algunas son geniales( la del sombreo, la de los cables) espero q sigas enseñandonos cosas de blos banglas. un abrazo