domingo, 21 de marzo de 2010

Nuevo descubrimiento: Emilio Adolfo Westphalen




A veces la poesía está cargada de reflejos de la vida misma. Y duele darse cuenta...



He dejado descansar tristemente mi cabeza

En esta sombra que cae del ruido de tus pasos

Vuelta a la otra margen

Grandiosa como la noche para negarte

He dejado mis albas y los árboles arraigados a mi garganta

He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos

He abandonado mi cuerpo

Como el naufragio abandona las barcas

O como la memoria al bajar las mareas

Algunos ojos extraños sobre las playas

He abandonado mi cuerpo

Como un guante para dejar la mano libre

Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella

No me oyes más leve que las hojas

Porque me he librado de todas las ramas

Y ni el aire me encadena

Ni las aguas pueden contra mi sino

No me oyes venir más fuerte que la noche

Y las puertas que no resisten a mi soplo

Y las ciudades que callan para que no las aperciba

Y el bosque que se abre como una mañana

Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos

Bella ave que has de caer en el paraíso

Ya los telones han caído sobre tu huida

Ya mis brazos han cerrado las murallas

Y las ramas inclinado para impedirte el paso

Corza frágil teme la tierra

Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho

Ya los cercos están enlazados

Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia

Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos

Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos

Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea

Mi cabeza he dejado rodar

Mi corazón he dejado caer

Ya nada me queda para estar más seguro de alcanzarte

Porque llevas prisa y tiemblas como la noche

La otra margen acaso no he de alcanzar

Ya que no tengo manos que se cojan

De lo que está acordado para el perecimiento

Ni pies que pesen sobre tanto olvido

De huesos muertos y flores muertas

La otra margen acaso no he de alcanzar

Si ya hemos leído la última hoja

Y la música ha empezado a trenzar la luz en la que has de caer

Y los ríos te cierran el camino

Y las flores te llaman con mi voz

Rosa grande ya es hora de detenerte

El estío suena como un deshielo por los corazones

Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse

Las salidas están guardadas

Rosa grande ¿no has de caer?


3 comentarios:

Purita dijo...

¿Y esa canción?

Javier Pinto dijo...

Hola Míster,

how you doing?

oye, cierto es... gran descubrimiento el Mr. Westphalen éste!

1 brazo from Alicante-city... jo! yo me quiero ir ya pa China y tener aventuras y cosas que contar!

snif, snif...

Purita dijo...

Hola, va todo bien?
Besos.