jueves, 21 de mayo de 2009

Sobre Neruda, y con permiso de Josie Bliss

Hoy toca hablar de Neruda. Como poeta, como viajero y, por lo que en este blog nos toca, como posible material para una clase de español avanzado.

Neruda es, según mi punto de vista, el gran desconocido. Detrás de sus palabras hay algo que no leemos, si no es con un poco de suspicacia y maldad. Para poner un ejemplo, os voy a poner un vídeo donde vemos imágenes de él, mientras escuchamos, leído por él, su famoso poema nº 15 de sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada (que en realidad eran 21 poemas y a la canción le falta la música). Os dejo que escuchéis el vídeo con detenimiento (en realidad lee dos poemas, el 15 y el 20), y pensad que Neruda (Ricardo Neftalí Reyes) tenía un gran éxito con las mujeres, o eso es lo que dice él en sus memorias (en realidad, Neruda se reescribió a sí mismo en sus auto-memorias; si lo leemos bien, nos damos cuenta de que trató de crear una postura estética en ellas, la del hombre-poeta-político-mujeriego), y, en realidad, no sé exactamente lo que atraía a las mujeres, porque vamos, la voz seguro que no, porque parece de ultratumba.



Bueno, vamos a ver si lo destripamos. Neruda tenía la virtud de utilizar palabras "negativas" y las positivaba. Una palabra tan cargada de aspectos dolorosos y oscuros como "ausente" la reconvierte en una palabra de amor, e incluso de armonía y estabilidad. Pero, en realidad, si nos fijamos en todo el primer verso vemos que el poeta lo que pide es el silencio de ella, "callada más guapa" reverberan esas palabras. Leed de nuevo el poema porque os daréis cuenta de lo que os digo, todo lo que viene después, es en realidad, la refutación de lo que afirma en el primer verso.

Bueno, si andamos un poco más hacia adelante en su vida, me gustaría hacer una parada en el momento en el que decide irse a la Isla de Java. Os copio una parte de Confieso que he vivido para que lo veáis con toda plasticidad y en sus palabras. Parece que fue a ver al que entonces era Ministro de Relaciones (algo así como Ministro de Asuntos Exteriores) del Chile de aquel momento, recomendado por un amigo suyo:

"Me tomó del brazo y subimos las escaleras de mármol. A nuestro paso se apartaban apresuradamente ordenanzas y empleados. Yo estaba tan sorprendido que no podía hablar. Por primera vez veía a un Ministro de Relaciones Exteriores. [...] Mi amigo le refirió mis impetuosos deseos de salir de Chile. El ministro tocó uno de sus muchos timbres y pronto apareció, para aumentar mi confusión, mi protector espiritual.

-Qué puestos están vacantes en el servicio? -le dijo el ministro.

El atildado funcionario [...] dio los nombres de varias ciudades diseminadas en el mundo, de las cuales sólo alcancé a pescar un nombre que nunca había oído ni leído antes: Rangoon.

-Dónde quiere ir, Pablo? -me dijo el ministro.
- A Rangoon -respondí sin vacilar.
-Nómbrelo -ordenó el ministro a mi protector, que ya corría y volvía con el decreto.

Había un globo terráqueo en el salón ministerial. Mi amigo Bianchi y yo buscamos la ignota ciudad de Rangoon. El viejo mapa tenía una profunda abolladura en una región de Asia y en esa concavidad lo descubrimos.

-Rangoon. Aquí está Rangoon.

Pero cuando encontré a mis amigos poetas, horas más tarde, y quisieron celebrar mi nombramiento, resultó que había olvidado por completo el nombre de la ciudad. Sólo pude explicarles con desbordante júbilo que me habían nombrado cónsul en el fabuloso Oriente y que el lugar al que iba destinado se hallaba en un agujero del mapa."

Estas palabras no sólo denotan una falta absoluta de aprecio por los países del Tercer Mundo y de Oriente, si no una falta de memoria irrisoria y un matiz ligeramente pedante de Neruda. Pero me van bien, muy bien, para traer al caso lo que va a ser mi experiencia a partir de Julio, e incluso siento y veo una ligera comparativa y un doloroso paralelismo con este pasaje de la autobiografía de Neruda: yo, entre las plazas vacantes que ofertaba la AECID elegí Bangladesh por ser un país subdesarrollado, que dejaba su plaza vacante y que es muy similar al destino donde marchó el poeta. Y no sólo eso, si no que cuando digo que en Julio me marcho a Bangladesh, muchos me preguntan dónde está eso, qué he perdido allí y si eso pertenece a la India. Os dejo que busquéis en el Google dónde está y me digáis qué os parece lo que os digo. Por otra parte, y volviendo a la poesía de Neruda, os recomiendo encarecidamente la Residencia en la Tierra, sin duda el mejor libro del poeta chileno, escrito en su "infierno" en Rangoon (buscadlo también si queréis, para que comprobéis que es de todo menos un agujero en el mapa), y que demuestra perfectamente hasta dónde puede llegar la soledad y la desolación humana. Aquí os dejo una perla, recitada por Ismael Serrano, y que, sencillamente, pone los pelos de gallina.



¿Qué opináis de todo lo que he dicho? ¿Os irías a alguna parte del mundo a descubrir vuestros límites? ¿A qué lugar del mundo os gustaría ir?

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