lunes, 25 de mayo de 2009

Palabra de Julio Alonso

Lo prometido es deuda, y aquí os pongo las palabras que leyó Julio Alonso el sábado, al final de la comida de despedida. No tienen desperdicio:
A Alonso Quijano, o Quijana, o Quejana, o Quesada... la lectura de romances y libros de caballerías lo lleva a transmutarse, al final de su primer viaje de aventuras, en “el moro Abindarráez”, el Abencerraje, a quien el alcaide de Antequera “prendió y llevó cautivo” (Quij. I, 5, 72s).

A Paco el estudio de la filología hispánica lo lleva a convertirse en un moro abengalíado o bengalí.
Nosotros lo podemos ver como un Don Quijote joven como:


“...gentil moro en un caballo ruano... grande de cuerpo y hermoso de rostro, y parescía muy bien a caballo. Traía vestida una marlota de carmesí y un albornoz de damasco d'el mismo color, todo bordado de oro y plata. Traía el brazo derecho rezagado y labrada en él una hermosa dama y en la mano una gruesa y hermosa lanza de dos hierros. Traía una darga y cimitarra, y en la cabeza una toca tunecí, que dándole muchas vueltas por ella, le servía de hermosura y defensa de su persona. En este hábito venía el moro mostrando gentil continente y cantando un cantar que él compuso en la dulce membranza de sus amores...” (El Abencerraje).

Que la ausencia te sea leve (¡dolor de ausencia!) y no falte de tu lado la hermosa Jarifa.
Muchísimas gracias Julio. Muchísimas gracias a todos. Os llevaré conmigo a Dhaka.
Paco

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